de El año que jamas acabó

Otras formas de vivir

Por Inés Alcolea Llopis

Caravana

«…Vamos a hacer una lista de las cosas que necesitamos para ser felices. Dentro de la inestabilidad, creemos nuestra propia estabilidad. ¿Qué necesitamos? ¿Poder salir a la calle sin ansiedad? ¿Poder salir del barrio? ¿Poder, incluso, viajar en algún momento, aunque sea al pueblo de al lado? ¿Poder estar en la frontera con la comunidad donde viven nuestras familias, que, si en algún momento nos surgiese la necesidad, podríamos vernos sin cruzar la línea? ¿Y dónde podemos conseguir esto? ¿Podemos conseguirlo aquí? Ya sé que siempre has querido vivir en una ciudad; yo también. Pero, ¿qué obtenemos ahora de la ciudad a cambio de un alquiler alto y un espacio que no está hecho para la convivencia?».

Una generación entera

1. Otros espacios

Cuando cayeron las familias,

lo llenaron todo:

quince plantas de diez viviendas

en menos de un kilómetro a la redonda.

Cuando cayeron las ciudades,

lo llenaron todo:

miles de cuerpos sin aire

que necesitaban caminar.

2. Otros lugares

No sé si algún hijo

volverá a ver el mundo como lo imaginé de pequeña.

Escribir en futurible

es un acto adivinatorio.

Pero no importa.

Cogeremos maletas,

plegaremos la ropa,

cerraremos la puerta

no sabiendo si esperar volver.

3. Otras prioridades

Cuando era pequeña

quería sobrevivir a una guerra,

a la muerte de un papa,

a una invasión alienígena.

Ver cómo se reconfiguran las vidas,

que lo importante

adquiriese el valor subjetivo

que le caracteriza.

4. Otra intimidad

Tú eres pájaro

y yo nido

en el que

además

te necesito como rama.

Es una línea muy fina

por la que andar alrededor del fuego,

el abismo

o la enfermedad.

Podrías partirte,

dejarme pendida

explorando los filos del qué hacer,

pero resistes

y yo contigo

o para ti.

5. Otra rutina

Rojo

es el cielo que se queda

cuando no hay montañas en la sombra.

Es todo plano

como un día sin preguntas.

Luego entra el aire rojo

a mi cuarto azul

y soy testigo

de otro atardecer más.

Ahora que sola estoy

con kilómetros de tierra a la redonda

soy el epicentro del desierto

desde donde espero que algo pase,

como debieron esperar mis abuelos

a que pasara la vida.

6. Otros vecinos

Aquí tienen los pájaros

las cavidades vacías de petróleo.

Son más ligeros,

pueden volar.

Los gatos azuzan al viento

sin importar y sin zarpa.

¿Es un pueblo

una burbuja de nieve

donde se arrastran más que los pasos?

7. Otras formas de ser

Tanta gente

busca un sitio

al que pertenecer

mientras indaga en la forma

de no ser de ningún lado.

8. Otras formas de gritar

He aprendido a llorar,

a veces lo hago.

Ya no siento ningún miedo

ni busco excusas.

Lloro,

echo de menos,

escribo,

y así mis días son

lo más parecido a lo que tuvieron que ser.

9. Otras aficiones

He recogido plantas,

amapolas

y también margaritas.

Las incluyo

en un herbario

donde cada día

invoco a mi madre

que me enseña a secar flores.

10. Otras formas de vivir

Llueve en verano

y no le busco explicación.

Solo es.

Como el tiempo

que solo existe

porque lo contamos

como la vida.

Caravana

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Un abrazo materno como artículo de lujo

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