4ª de Diálogos imaginarios entre la ex y la actual
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—Se nota que en su familia te quieren. Siempre me dicen como a ti.
—Ay, ¡es que son tan amorosos!
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—¿Contigo también hacía eso?
—Sí, galla. Así es y no va a cambiar. Ten valor, guachita.
49.1
—Si te conociera, te juro que te diría que cualquier cosa, me llames. Que a la primera hueá rara, aquí estoy, que sepas que a mí me pasó lo mismo.
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—¿Cierto que su vieja es demasiado tierna?
—¡Galla, la tía es lo más!
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—¿Sabes qué? Me da gusto que estén juntos. Él es un imbécil y tú una manipuladora: se merecen mutuamente.
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—Mira, aprovecha de pasarlo bien: come rico, paseen harto. En serio, porque, basta con que yo me lo proponga, para quitarte todo lo que has logrado.
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—Nos falta que nos pongan el barro nomás.
—Claro, para que el huea se haga una paja.
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—No sé qué hacer, no deja de hablar de ti.
—Conmigo era igual. Tiene una de este porte y me refiero a su boca.
—Claramente te refieres a su boca.
—Puta, ponte firme nomás, porque eso envenenó la relación.
—En eso estoy.
—Linda la hueá, no paraba de hablar de la ex y, ahora que está contigo, habla de mí.
54.1
—¿Cachay que lo de hablar de portes es súper denigrante?
—Claro, como él nunca habla de potos y tetas.
—Pero no vamos a caer en lo mismo. Hablar de tamaños es demasiado básico. Ni siquiera es gracioso.
—Tienes razón. Aparte, el tamaño está sobrevalorado. Es algo que aprendí con él.
—Yo igual.
—Y tampoco la tiene tan tan chica…
—Cierto, igual es sentible.
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—¡El hueón es tan bacán!
—Sí, es demasiado bacán.
—¡Y es tan tierno!
—Sí, es demasiado tierno.
—Y es más fome que la chucha.
—Más fome que la chucha, hueona.
—Somos unas malagradecidas.
—Y más encima se busca minas como nosotras.
—Quizás tiene un rollo con su mamá.
—Yo creo.
55.1
—¡El hueón es tan bacán!
—Sí, es demasiado bacán.
—¡Y es tan tierno!
—Sí, es demasiado tierno.
—¡Y somos tan felices!
—Qué bueno. Nosotros también lo fuimos.
55.2
—¡El hueón es tan bacán!
—Sí, costó, pero salió.
—Gracias por haberlo formado.
—De nada.
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—¡Cómo tan celosa! Si el hombre es un pan de Dios. Solo te ha cagado conmigo.
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—Qué onda, cómo están juntos altiro, ni un respeto.
—Pero si tú te lo cagaste...
—¡Pero igual!
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—Eres igual a mí: se nota que no me ha superado.
—¿No será que tal vez somos su tipo?
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—Recién lo conocí… igual está pasando por un mal momento, pero creo que puedo ayudarlo...
—HUEONA, ¡¡ES UNA TRAMPA!!
—¿Qué…?
—¡CORREEE!